martes, 23 de febrero de 2010

A DESAGÜE REVUELTO GANANCIA DE PRIVATIZADORES

Nuevamente, como tantas otras veces, y aprovechando la coyuntura sobre presuntos actos de corrupción en algunas licitaciones y concursos públicos en SEDAPAL, aparecen en escena los "gurús" de la receta mágica para buscar la "eficiencia" en el manejo de las empresas públicas, sobre todo de la más apetecible de todas: SEDAPAL. La solución a esos problemas, dicen, pasa por privatizarla; tan sencillo como lo fue en su época con ENTEL PERU, hoy Telefónica del Perú (que cobra una de las tarifas más caras de la región). Sólo así, creen que el servicio público de saneamiento en el Perú, "donde la mitad de los peruanos no tiene agua potable ni desagüe en sus hogares.", dejaría de estar en la "cola de la región."
Aclaremos: pretender echarle algún tipo de responsabilidad a SEDAPAL porque "la mitad de los peruanos no tienen agua potable ni desagüe", es una afirmación totalmente interesada, por no decir falsa. SEDAPAL, como empresa estatal, sólo está obligada a atender a los peruanos que viven en Lima y Callao, donde más del 91 % de la población cuenta con agua potable y más del 51 %, con desagüe. Con la culminación de las obras del Programa Agua Para Todos y con la ejecución de obras para el tratamiento de los desagües a su cargo, SEDAPAL incrementará esos porcentajes, los cuales, por el natural crecimiento de la población y de la ciudad (verticalmente o en los cerros aledaños a Lima) nunca serán del 100%.
El que un porcentaje menor de limeños y chalacos, no tengan aún agua potable y desagüe no es responsabilidad de SEDAPAL; pues, además del crecimiento caótico de Lima con tendencia hacia las partes altas de los cerros o a lugares cada vez más lejos de sus redes principales, pasa por los excesivos controles a las cuales esta sujeta ( de parte de FONAFE, Ex CONSUCODE, SUNASS, MEF, MVCS) para la ejecución de sus inversiones en obras nuevas y/o mejoramiento de las existentes; tarifas subsidiadas que no reflejan el costo real de producción del m3 de agua; ningún cobro al usuario por el tratamiento de los desagües, así como por la influencia negativa que mantienen los gurús privatizadores en las altas esferas del poder político, económico y de medios (por ejemplo, PROINVERSION y también recordemos como Pedro Pablo Kuczinsky se opuso a la ejecución de Marca II, hoy más necesario que nunca).
Proponer privatizar SEDAPAL bajo el pretexto de que con el actual "monopolio estatal solo prosperan algunos", resulta muy cuestionable y contradictorio en la relación beneficiados / perjudicados. Si se diera la privatización de SEDAPAL, dos consecuencias: (1) Se sinceraría la tarifa de agua (dejaríamos de ser el país con una de las tarifas más baratas de la región) y se cobraría el tratamiento de los desagües, lo cual incrementaría la tarifa para el usuario; y, (2), los pobladores que se asentaron en los cerros o aquellos que seguirán haciéndolo en el futuro no tendrán agua ni desagüe, puesto que atenderlos no será rentable para el o los dueños de SEDAPAL. Por tanto, millones de limeños y chalacos se perjudicarían con su privatización y solo prosperarían los que la compraron, pues con el sinceramiento de las tarifas recuperarán su inversión en el plazo más breve; y de paso obtendrán pingües ganancias aquellos gurús, expertos en promocionar la receta mágica, quienes fieles a su estilo ofrecerán sus asesorías o consultorías, a través de sus institutos de economía, de sus consultoras de apoyo o similares, como reducir al máximo los costos de la empresa privatizada para hacerla más rentable (sobre todo los "costos y sobre costos laborales"), y de paso, eso sí, exigirán al Estado beneficios, prerrogativas y garantías para que el inversionista recupere su inversión, es decir eliminaran el riesgo natural que conlleva hacer una inversión.
Finalmente, dejamos en claro que creemos en la inversión privada; pero en aquella que siendo creativa, asuma el riesgo necesario en toda inversión, ya sea en obras, actividades o empresas que no existan; o que puedan hacer realidad donde existan potencialidades. Por ello, rechazamos y rechazaremos la privatización de las empresas públicas que han demostrado ser estratégicas y que pueden ser más eficientes si los dejaran actuar a la par como lo hace una empresa privada.

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